Tengo una necesidad innata de decir las cosas. Ya sea hablando o escribiendo pero no hay barrera que me impida expresarme. Todo espacio que pueda apropiarme es bienvenido, y éste no es la excepción.
Espero poder agradar con mis palabras. No me interesa convencerles; me interesa platicar con ustedes, lectoras y lectores, mediante mis textos, saber que estamos en un constante diálogo, que nos puede llevar a diferentes partes, tantas como nos interesen. Incluso el silencio es un diálogo, pero sé que lograré algo al ser leído.
Escribiré de todo y para todo. Detesto quedarme encajonado, así que espero comprendan que no habrá un gran hilo conductor, o una gran temática o perspectiva que rija mis palabras. Más bien estoy listo para colocarme desde diferentes lugares, para hablar de diferentes cosas, tantas como se atraviesen a mi mirar.
Bien me dijeron que soy como un mosquito en pueblo al anochecer. Foco que se prende, foco que me atrae. Así soy con las cosas de mi realidad, no hay alguna que se me escape a la vista o inquiete.
Sean ustedes bienvenidos, espero tengan un viaje placentero.
—Armando.