«Empieza por el principio – dijo el Rey con gravedad – y sigue hasta llegar al final; allí te paras.»
Me he tomado la libertad de compartir con ustedes una entrada al blog, generalmente mis compañeros y yo nos combinamos para publicar la misma semana, el mismo tema, hoy es distinto. Llegué de hacer un poco de ejercicio, me recosté en el sillón y tuve el enorme deseo de escribir ¿Qué? No sé con exactitud, por la mente me pasan mil temas, vivencias y sentimientos.
Desde hace tiempo el tema de la “salud mental” me es de bastante interés, realmente nunca nos detenemos a pensar en nuestra mente en alimentarla de manera adecuada o simplemente atenderla constantemente. Y ¿A qué viene todo esto? Simple, cuando se tiene problemas del corazón se va al cardiólogo, alergias, se acude al alergólogo y así a cada una de las especialidades que la medicina nos ofrece, ¿y la mente, cuándo?
Este tema no es nuevo, Lewis Carroll escribió un fabuloso libro sobre el tema “Alimentar la mente” y nos resume en 69 páginas, el por qué es vital tener una mente sana y sin riesgo de padecer obesidad mental. La importancia de mantenerla ejercitada, pero de cosas que nos son útiles y necesarias, así también la necesidad de que podamos procesar de manera correcta todo aquello que nos dedicamos a leer y conocer. En pocas palabras, alimentar la mente de forma saludable.
Sin embargo, hablar de Carroll, me lleva indudablemente a pensar en “Alicia en el país de las maravillas” donde todos están “locos” nada parece tener sentido, ni pies, ni cabeza. Pocas veces nos ponemos a pensar en que cada uno de nosotros somos Alicia y en cualquier momento encontraremos al Sombrerero Loco que nos cuestiona sobre elementos inimaginables, no olvidemos al Gato Sonriente, un personaje que nos invita a recordar que nada importa si no tienes un camino, un destino ni un plan. «Un día Alicia llegó a una bifurcación en el camino y vio un gato de Chesire en un árbol. ¿Qué camino tomo? preguntó ella. ¿Adónde quieres ir? fue su respuesta. No lo sé, contestó Alicia. Entonces, dijo el gato, no importa.»
Salud mental y viene a la mente psicólogos, psiquiatras, neuropsiquiatras, etc., cosa que a algunas personas no les hace muy feliz el tema, he escuchado decir “…pero, si yo no estoy loco…” “¿Qué te pasa? Yo soy tan inteligente que ya sé lo que me dirá” “Ya se me pasará…” Realmente es tiste saber cómo algunas personas no se preocupan por su mente ni en lo más mínimo y peor aún llevan toda una vida sin ocuparse de liberarse.
Pero, ¿qué hay de aquellos que asisten a terapias (infinitas) y aún no logran conocerse? Llevan una vida llena de confusión, sin saber que es lo que quieren, ahí es cuando aparece nuevamente el “síndrome” de “Alicia en el país de las maravillas, el terapeuta, doctor, etc., juega dos papeles de Sombrerero Loco y de Gato Chesire. Nos envuelve entre la cuestión de qué y para qué pensamos lo que pensamos y el –y si ya lo pensaste, ¿cuál es el camino que quieres tomar?
Entrar y salir de ese país que no siempre esta lleno de maravillas, el diván te envuelve y te lleva a tomar un té en un mundo que Carroll logró describir muy bien, es en ese momento en el que uno se da cuenta de que no nuestra mente esta indigestada de pensamientos que no llevan a nada bueno a nuestra persona, nos hemos vueltos obesos de mente, trastornados y confusos.
Ahí es cuando uno se da cuenta y se da la auto bienvenida al “País de las Maravillas”
(Continuara…)