Estamos justo a la mitad de la semana y La Juerga Posmoderna regresa para hacernos una transición sobre los transportes de nuestra ciudad.
Mi experiencia en el transporte público no ha sido taaaan mala, a pesar de que como universitaria debo usarlo regularmente. Por lo general las zonas que me han tocado transitar son bastante tranquilas. Uno de los transportes que usaba hace un tiempo era el metro, y bueno, hay una cantidad enorme de historias que contar al respecto, muchas anécdotas propias y ajenas que me vienen a la mente. Sinceramente no me costaría nada contar algunas de ellas en esta ocasión, pero como es mi costumbre (buena o mala, ya ustedes juzgarán) les hablaré sobre algo más mórbido: Los suicidios en el metro.
Por fortuna, no me ha tocado presenciar alguno, pero siempre me ha llamado la atención el tema, ya saben, la típica nota roja. Lo cierto es que los suicidios en éste medio de transporte ocurren con mayor frecuencia de lo que se imaginan. Las estadísticas indican que por lo menos cada 10 días una persona decide aventarse al metro.
La problemática, más allá del enfoque psicológico de los suicidas al que me podría dirigir, es lo que implica que ocurra un acto como este. Un ejemplo es el impacto que causa un suceso de este tipo entre los operadores del metro y los empleados. Por lo general se les tiene que dar apoyo médico y psicológico inmediatamente, para evitar secuelas. En muchos casos o se les asigna otro puesto o deciden renunciar, generando pérdidas hacia este sistema de transporte.
Cuando una persona o más, porque ha habido casos de suicidios colectivos, deciden quitarse la vida en las vías del metro, existe un protocolo:
- Se suspende la marcha del convoy
- Se informa por radio lo ocurrido para que acudan servicios de emergencia y de seguridad del Metro.
- Se observa si la persona que se arrojó continúa con vida o ha muerto.
- Sí la persona continúa con vida se corta la energía de las vías, se eleva el tren y se saca a la persona para brindarle atención médica.
- El operador del convoy es atendido, debido al impacto de haber arrollado a una persona.
- Para comprobar que fue suicidio, el Metro envía los videos de las estaciones y andenes a la Procuraduría General de Justicia.
Y como verán no es nada sencillo, de hecho es un proceso que lleva de 30 minutos a una hora, lo cual implica que los usuarios se vean afectados. Económicamente, que una persona se suicide en el metro genera daños de aproximadamente 2 millones de pesos. Así que súmenle anualmente…
La verdad es que es muy triste enterarse de este tipo de sucesos, y debe ser terriblemente impactante observar algo así. Independientemente de mi mentalidad retorcida, admito que jamás me gustaría presenciar un suicidio.
Datos del STC metro nos indican que de cada 20 personas una queda con vida, así que imaginen el trauma de trabajar ahí, ¿está cañón no? Otro dato es que las estaciones con más incidentes de éste tipo son: Tacuba, Ermita, San Cosme, Xola, Allende, Popotla y Chabacano.
Y bueno ante tanta mortandad, el gobierno decidió plantear en el nuevo proyecto de la Línea 12 “estaciones antisuicidios” esto es, que las estaciones Zapata y Mixcoac contarán con paredes de aluminio y cristal templado, con puertas en cada vagón que se abrirán únicamente cuando el tren esté en la estación.
Cada vez nos complicamos más la existencia, y obviamente esto genera gastos a todos. Pero en fin, no me atrevería a criticar las razones que llevan a una persona a querer quitarse la vida, porque por más que digan que es una “salida fácil” no cualquiera se atreve a hacerlo.
Lamentablemente los suicidios se propagan en fechas como navidad, año nuevo, el 14 de febrero… fechas que exaltan la ausencia o necesidad de estar con la familia, amigos o pareja. La depresión, es el factor detonante para no tener control emocional y cometer actos autodestructivos.
Más allá de los problemas que lleguemos a tener, creo que antes de tomar una solución tan drástica, podemos intentar buscar ayuda y actividades alternativas que nos permitan darle un sentido nuevo a nuestra vida.
Me despido juerguistas, regresando al motivo sórdido que me llevó a tocar este tema, la muerte, y si les gusta el cine gore, les recomiendo El Club del Suicidio, una película que inicia con la una imagen de este tema pero aumentado brutalmente a lo sangriento. Si no les late, ni se asomen al link, saludos.
-Brenn
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